El Canto de Entrada es una parte importante de los Ritos Iniciales en la Santa Misa. Su propósito principal es unir a la comunidad congregada y preparar los corazones de los fieles para la celebración que está por comenzar.
Propósitos del Canto de Entrada
- Unir a la Asamblea: El canto reúne a los fieles, promoviendo la unidad y la cohesión entre ellos.
- Introducir el Tema de la Misa: Suele reflejar el tema del día, especialmente en fiestas litúrgicas y solemnidades.
- Acompañar la Procesión: Acompaña la entrada del sacerdote y los ministros al altar.
- Crear un Ambiente Solemne: Ayuda a establecer el tono reverente y solemne de la Misa.
Características del Canto de Entrada
- Letra: La letra del canto suele estar basada en la Escritura o en textos litúrgicos. Debe ser apropiada para la ocasión y facilitar la participación de la asamblea.
- Música: La melodía debe ser accesible para que todos los presentes puedan cantar. La música puede variar según la temporada litúrgica y la celebración específica.
- Participación: Es fundamental que toda la asamblea participe en el canto, ya que es una forma de expresar la unidad y la fe compartida.
Ejemplos de Cantos de Entrada
Dependiendo del tiempo litúrgico y la celebración, algunos ejemplos comunes de cantos de entrada pueden ser:
- Adviento: «Ven, Señor, no tardes»
- Navidad: «Noche de paz»
- Cuaresma: «Perdona a tu pueblo, Señor»
- Pascua: «Cristo ha resucitado»
- Fiestas y Solemnidades: «Aleluya, el Señor resucitó»
Selección del Canto de Entrada
El responsable de la música litúrgica, junto con el sacerdote, suele seleccionar el Canto de Entrada. Se considera el tiempo litúrgico, las lecturas del día y cualquier celebración especial que se esté llevando a cabo.
El Canto de Entrada es, por tanto, una parte integral de la liturgia que ayuda a los fieles a entrar en la atmósfera de oración y celebración.